Raimundo Martínez

«ESCULTOR VOCACIONAL QUE DIALOGA CON LA PIEDRA»

Desde que descubrió cuál era su verdadera pasión, la sonrisa pocas veces abandonó el rostro de este hombre nacido en a parroquia de Malvas, en el municipio fronterizo de Tui, Pontevedra. Es necesario precisar su lugar de nacimiento porque tiene mucho que ver con su genialidad creativa, con la vitalidad que predomina en sus obras. La naturaleza, con matiz gallego, está siempre presente en todas ellas como inspiración e marco preferente.

Rai nació el 8 de mayo de 1940. Con el paso del tiempo germinó su vocación artística, a la que se dedica desde entonces por completo, convirtiéndose en pionero en la utilización del canto rodado que él mismo elige en los río y riberas.

Es un hombre emprendedor que a los 18 años creó una empresa de extracción de granito que lo ayudó a familiarizarse y a apreciar este material del que conoce sus amplias variedades, así como la forma más adecuada de trabajarlas.

Desde rostros a figuras ambiguas o composiciones que se asocian con maternidades, sin olvidar alegorías directamente relacionadas con Galicia eterna, como peregrino a Compostela surgieron en sus etapas creadoras en las que imaginó también puertas monumentales del camino hacia el sepulcro del apóstol.

Trabaja en su estudio de Malvas acompañado sólo por el rumor de los árboles, las aves y, de vez en cuando por las visitas que conocen este rincón artístico, en el que están «plantadas» las mejores obras de este escultor, como si naciesen del suelo.

Las manos de Rai están habituadas a «entender» la piedra de forma que de cada «guijarro» o bloque, surja la forma que le dicte el entendimiento con la materia inerte. Sus manos actúan según el lenguaje que dictan los volúmenes, las incisiones, sueves curvas. De ahí parte la inspiración que motiva al escultor para dar forma a la obra.